¿Es que el cielo ha parado de respirarme?
Un día o dos en las ramas de lo infinito,
y se ha parado todo, el viento latiente de tus labios
a saltado de fondo de la tierra como un niño de barro.
Se han parado mis lágrimas largas
esas que comen como gusanos tu piel y tu pecho.
¿Es que tu has dejado de extrañarme?
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